Escribir sobre Federico Tesio no resulta una tarea fácil, entre otra cosas y tal como mencionan algunos de sus seguidores, esto es una consecuencia del tiempo que duro su ciclo operativo, el cual fue lo suficientemente largo para permitir que una sola persona participara o tuviera referencia completa del mismo. 

Desde 1891 cuando apareció por primera vez como jinete aprendiz en los lomos de un caballo llamado Paphos II hasta 1954 el año de su muerte, pasaron 63 años de ininterrumpida actividad en varias de las facetas que componen la industria del caballo de carrera. Los nombres de Ribot, Nearco, Donatello II y Tenerani entre otros, son prueba clara de su éxito como criador y luego entrenador de sus propios caballos. 

La influencia que Nearco a través de Nasrullah y Northern Dancer ha tenido en el purasangre actual es inmensurable y toda esa vida dedicada día a día al trabajo junto a sus caballos, bien en Dormello Stud donde los criaba o en el Hipódromo de San Siro en Milán donde los entrenaba, se tradujo en una trayectoria tan sorprendente para algunos que le valió apodos tales como el de “Maestro” de cruces o quizás el más popular entre aquellos que le conocieron, “El Mago” de Dormello. 

Pero  a pesar de esta aureola de éxito, Federico Tesio nunca destaco o engrandeció su labor o la calidad de sus caballos, esta fue creada y sostenida por los que tuvieron la oportunidad de ver el “performance” de sus pupilos en las pistas. Como una prueba de lo anterior el propio Tesio en el prefacio de uno de sus libros escribía....“mi meta fue criar un caballo de carrera el cual pudiera transportar sobre cualquier distancia el mayor peso en el más corto tiempo....alcanzar estos resultados me parecía difícil pero por ningún medio imposible de realizar, esto debido a todos los caballos que yo había visto y libros que había leído...yo pensaba que sabía”. Luego continua “tal presunción no tardo en convertirse en una desilusión...mis recetas para el éxito no tuvieron ningún valor en contra del constante éxito de mis rivales...la realidad era que a pesar de todo lo que yo había visto y leído, no había aprendido a reflexionar sobre los porqués y las causas”.

Federico Tesio nació el 17 de Enero de 1869 en Turín, la ciudad principal de la región de Piamonte al noroeste de Italia. Esta región está rodeada por montañas en tres de sus lados, entre ellas Montviso o Monte Viso, la montaña más alta de los Alpes Cocios y donde se origina el rio Po el más largo del país. De estos primeros años de la vida de Tesio es poco lo que se sabe, sin embargo destaca el hecho de quedar huérfano a muy temprana edad, 3 o 4 años. Los padres de Federico Tesio fueron Luigi Tesio y Margherita Scaravaglio, de sus muertes no hay ninguna información, sin embargo pareciera que la situación económica de los mismos fue lo suficientemente buena para dejarle al joven Tesio la posibilidad de continuar y culminar su educación. Es posible que luego de la muerte de sus padres, Federico Tesio haya quedado bajo el cuidado de familiares cercanos, abuelos y tíos. También durante su estadía en el colegio Barnabite de Moncalieri, Tesio estuvo bajo la tutela del padre Francesco Denza un reconocido astrónomo y meteorólogo que tuvo una considerable influencia en su juventud y según el propio Tesio lo introdujo en la astronomía, una rama de la ciencia que junto a su pasión por los caballos permaneció siempre como uno de sus intereses. Su padre Luigi estableció sus propios colores negro con gorra verde en 1861 y aunque no se hace mención al hecho, es posible pensar que el contacto de Tesio con el mundo del caballo purasangre haya empezado a muy temprana edad asistiendo y compartiendo junto a su padre tardes de carrera.

¿Pero cómo era Federico Tesio?, Franco Varola quien tuvo la oportunidad de conocerlo menciona en su libro “El mito Tesio” que tal como sucede con muchos italianos, su personalidad y sicología está definida por la región en la que nacen. Los Piamonteses por razones geográficas, políticas y culturales se han mantenido en gran parte aislados del resto del país preservando sus costumbres y estilo de vida prácticamente inalterados por años. Varola se refiere al carácter de los Piamonteses como el resultado de la presencia de varios componentes que a través de casi mil años ininterrumpidos han permanecido aislados de la influencia y costumbres de otras regiones del país. Esta situación de acuerdo al mismo Varola hace que los Piamonteses actúen con un considerable pragmatismo, pero al mismo tiempo con los ojos bien abiertos a cualquier cosa que pueda surgir tal como Tesio hizo siempre en el negocio de la cría y entrenamiento del caballo de carrera. Según El Marques Mario Incisa quien fue su socio por 20 año, Tesio tenía una personalidad fuerte, carente completamente de sentimentalismos, pero en su opinión sin duda una buena persona, que daba ordenes claras, precisas y finales, que se dedicaba a su propio negocio y lo que pudiera afectarlo o beneficiarlo sin inmiscuirse en las actividades de sus colegas, competitivo, que siempre trataba de identificar a sus rivales, que no regalaba nada, todo había que ganárselo con trabajo, que pasaba y probablemente fue así por ser supersticioso, tenaz, observador, con una altísima capacidad para generar trabajo productivo, que realizaba lo que se proponía, que sobreponía lo práctico por encima de lo teórico, que no se preocupaba mucho por la estética ni lo esplendoroso de sus lugares de trabajo, que no necesitaba de lujos, ni gastaba dinero en banalidades y que amaba tener tiempo a solas para meditar, especialmente durante su hora de almuerzo o mientras se dedicaba a observar sus caballos.

No hay mucha información sobre estos primeros años de su vida donde aparte del hecho de quedar huérfano, Tesio consiguió un grado en la Universidad de Florencia. Es en el año de 1891, donde se registra lo que pareciera el inicio de su actividad en el medio de las carreras y la cría del caballo purasangre con el inicio de sus primeras importaciones y su debut como jinete amateur en carreras con obstáculos o como también se les conoce “Steeplechase”.  Su actividad como jinete amateur comienza el 10 de Mayo de 1891 en una carrera con obstáculo sobre el ya mencionado Paphos II, un castrado importado de Francia que Tesio adquirió justo al terminar la carrera. Para ese momento ya Tesio había registrado sus colores, blanco con las franjas rojas cruzadas y gorra roja que alcanzarían posteriormente fama mundial y con los que conseguiría su primera victoria como jinete amateur el 28 de Mayo de 1891 sobre los lomos del mismo ejemplar.  Las primeras importaciones que Tesio realizó en nada semejaron a las que haría más tarde en su carrera como criador, la mayoría de ellas vinieron de Francia a diferencia de la posterior tendencia de comprar sus animales en Inglaterra. Por otro lado los pedigrís de sus primeras importaciones se inclinaban hacia un tipo de caballo más apropiado para las carreras con obstáculos a diferencia de los pedigrí que posteriormente seleccionó para ser exitoso en las carreras regulares, sin obstáculos o como se les conoce en ingles “flat race”. En el año de 1893, Tesio lidera la estadística de jinetes amateurs ganando 12 carreras en 24 actuaciones.

En 1894 las condiciones de la industria hípica en Italia se ven afectadas por una serie de leyes que reducen significativamente el número de carreras que se llevaban a cabo, esto provoca que muchos criadores decidan recortar el número de animales en sus establos y criaderos. Esta situación motivó a Tesio a apartarse momentáneamente del ambiente hípico de su país y decide emprender un viaje a lugares tan remotos como la China y la Patagonia. Pero Tesio un amante del caballo no desaprovechó este tiempo para aumentar aun mas su experiencia con los mismos y de acuerdo a sus relatos en alguno de sus libros, gran parte del tiempo la dedicó a compartir con nativos de la Patagonia trabajando con rebaños de caballos salvajes,  en las planicies Argentinas domando caballos con los gauchos  y participando en carreras de amateurs en Pekín y Tien-Tsin. No hay información sobre el año de su retorno a Italia, sin embargo una vez en su país, Tesio entabló una relación sentimental con la que en 1896 se convertiría en su esposa, Donna Lydia. 

Una amante del caballo de carrera, Donna Lydia era propietaria antes de conocer a Tesio y sus pupilos corrían bajo los colores de su stud “Lady Flora”. Como señora de Tesio, Donna Lydia se mantuvo trabajando a su lado por el tiempo que duro la carrera de Federico Tesio y algunos de los autores que han escrito sobre él destacan la importancia que ella tuvo en la carrera de su esposo. Ella llevaba celosamente el libro de actividades de Dormello Stud donde se registraba toda la información de lo que allí sucedía y fue un factor importante en la sociedad establecida por Tesio con el Marques Incisa en 1932.

 

Para 1899 Dormello Stud, el sitio donde Tesio crio todos sus animales había sido completamente instalado. Dormello era una extensión de 19 hectáreas ubicadas en un pequeño pueblo llamado Dormelletto en la provincia de Novara a las orillas del Lago Maggiore al Nor-Oeste de Italia. Edward Spinola en su introducción al libro de Tesio “Breeding the Racehorse” relata sobre su visita a Dormello la sorpresa que fue para él, no encontrar el pueblo de Dormelletto en el mapa, sin embargo solo fue necesario mencionar el nombre de Tesio para ser guiado correctamente hasta el sitio. 

Spinola con respecto a su primera impresión al llegar a Dormello decía, “lo que mis ojos vieron al llegar no fue en nada parecido a lo que yo esperaba...no había establos impresionantes con potreros o pastizales rodeados por cercas blancas, ni lujosos o elaborados portones de entrada”. Dormello era una típica villa Italiana como muchísimas otras pero con una excepcional belleza natural y una espectacular vista al lago Maggiore. Más que un haras o criadero Spinola relata que Dormello era una agrupación de pequeños haras cada uno con su establo y potreros. Esta división del haras en secciones, tal como le relataría el propio a Tesio a Spinola durante la visita, era con el fin de evitar la propagación de cualquier enfermedad entre los diferentes grupos de animales del criadero. De igual manera Tesio mencionaba que los pastos o potreros de cada sección estaban ubicados a diferentes alturas en las colinas que rodeaban a Dormello, esto según él garantizaba que los animales tuvieran la posibilidad de estar a potrero por más tiempo cuando debido a las condiciones climáticas la disponibilidad de pasto verde disminuía. 

Los animales criados por Tesio crecían bajo las condiciones más naturales posibles, sueltos a potreros donde tenían la posibilidad de ejercitarse y con disponibilidad de buen pasto la mayor parte del tiempo. Tesio no creía en el riego ya que según él decía este forzaba el crecimiento del pasto y el mismo perdía su fuerza. Pero si creía en la inclinación natural del caballo de migrar al sur durante el invierno. Cada otoño todos sus potros recién destetados eran movidos a tierras más cálidas en Roma, al haras de su socio el Marques Incisa. 

Personalmente mantenía una vigilancia total de cada uno de sus animales, pero hacia énfasis en el cuidado de los más jóvenes que según sus propias palabras serian los caballos de carrera del mañana y que de su cuidado en sus primero años de vida dependería su calidad. Tesio criaba un promedio de 12 potrillos cada generación, algunos piensan que esto era producto de un presupuesto recortado, yo particularmente creo que Tesio además sabía que ese era el número adecuado de animales que debía tener de acuerdo al tamaño de su propiedad para evitar los problemas que trae la sobrepoblación. 

El prefería no tener sementales aunque en oportunidades los tuvo y solo mantener un numero alrededor de las 20 yeguas madres. La decisión de Tesio de enviar sus yeguas a ser servidas con diferentes sementales en Francia e Inglaterra le daban un mayor rango para seleccionar el padrillo adecuado. Con respecto a la selección de que padrillo serviría a cada una de sus yeguas Tesio aplicaba sus propias impresiones en cuanto a tamaño, conformación y temperamento de cada animal. 

Tesio crío muchos buenos caballos, sin embargo según sus propias palabras él consideraba que Cavaliere D’ Arpino era el mejor caballo que él había criado esto quizás por haber muerto antes de que un fenómeno llamado Ribot hiciera su debut en las pistas. Pero sin duda Nearco por lo que ha significado para la cría mundial tiene que ser considerado su máximo logro. El éxito de Tesio en la cría se debió a la supervisión personal que él tenía de cada uno de sus animales. Bien decía Franco Varola en un artículo que escribió sobre la vida de Federico Tesio, “Tesio ha sido el único propietario de caballos en Italia que ha entendido que el chance de ser exitoso con los caballos de carrera puede multiplicarse considerablemente por la continua supervisión de sus animales”, Varola terminaba diciendo “yo dudo que inclusive en países donde la hípica es aun más desarrollada haya habido otro criador que hubiera hecho lo que Tesio hacia”. 

 

Federico Tesio fue criador, entrenador y dueño de caballos. Su trayectoria en las dos primeras facetas estuvo por encima de su actividad como propietario, la cual por su carácter y vida personal no fue resaltada por él mismo. De igual manera su trayectoria y logros como entrenador para muchos estuvieron por encima de su carrera como criador. En la cría Tesio tuvo que enfrentar a otros criadores que tenían iguales  o inclusive más y mejores recursos para conseguir los mejores padrillos para sus yeguas y establecimientos de crías con iguales o aun mejores instalaciones que las que Tesio tenía en Dormello. 

En otras palabras, Tesio a pesar de su capacidad para criar buenos caballos, competía en condiciones iguales con otros criadores de la época. Sin embargo como entrenador Tesio estaba muy por encima de sus colegas al punto que algunos de ellos mencionaban de forma quizás un poco exagerada, que Tesio había alcanzado un nivel tal de dominio con sus pupilos, que él mismo había comenzado a preocuparse por la deserción de sus rivales y como tal por la pérdida de su negocio. 

Pero este dominio de Tesio fue real en especial a partir de 1930 cuando en cada generación que arribaba a su establo, varios animales tenían la capacidad para enfrentar con éxito las carreras más importantes de Italia y otros países de Europa.  Así como en la cría competía en igualdad de condiciones con sus rivales, como entrenador la situación era diferente y entre otros factores el hecho de entrenar sus propios animales le daba una gran ventaja sobre muchos de sus colegas. La libertad que implicaba ser su propio “patrón” le permitía a Tesio gastar un gran número de horas en los “picaderos” de su caballeriza observando y analizando cada uno de sus caballos. Esto para un entrenador que debía rendir cuentas y resultados a más de un propietario resultaba prácticamente imposible. Este estudio intensivo le permitía a Tesio tomar decisiones y hacer ajustes con respecto a programas de entrenamiento, estrategias o instrucciones a seguir por sus jockeys durante la carrera así como evaluar el aspecto físico del animal y adoptar cualquier cambio que pudiera ser necesario. 

De igual manera su condición de entrenador y propietario le permitía, a diferencia de lo que normalmente hace un entrenador que debe rendir cuentas a un propietario, ser menos “cuidadoso” o previsivo a la hora de entrenar sus animales y evitaba perder tiempo con practicas graduales. Tal como lo menciona Franco Varola en su libro “El mito Tesio”, “su objetivo era ganar las carreras más prestigiosas, aquellas que le permitieran sobrevivir económicamente, y para esto el necesitaba el mejor caballo, entonces era solo cuestión de someter todos sus caballos a los “test” más exigentes y así determinar cuál era el mejor de todos”.  Su rutina de entrenamiento implicaba que los animales de menos calidad trabajarían en función de aquel o aquellos que Tesio consideraba tenían la calidad para competir con éxito en los grandes premios. Además de la libertad de acción para manejar sus caballos, Tesio era una persona curiosa, observadora, que se interesaba por aprender sobre cualquier tema que pudiera significar algún beneficio para su negocio. 

Federico Tesio en la Italia de 1930, manejaba conceptos sobre la fisiología del ejercicio en el caballo de carrera que me atrevería a decir muy pocos entrenadores rivales tenían, esa condición de Tesio lo colocaba con seguridad muy por delante de otros que no podían entender lo importante que era para un caballo de carrera respetarle su estilo o manera de correr y el tren de carrera. En su libro “Breeding the Racehorse”, Tesio hace mención sobre los diferentes tipos de fibras musculares en el caballo de carrera, y se refiere al efecto que el ejercicio y la edad pueden tener sobre el tipo de fibra presente. Textualmente Tesio decía, “Yo recuerdo haber leído en un libro publicado en Inglaterra una teoría que propone que los caballos con fibras musculares de color rojo oscuro son "stayers", mientras que aquellos con fibras color rosado son sprinters”. Tesio continuaba, “La teoría es interesante, porque la variación en la sensación de fatiga depende en parte de la circulación de la sangre, la cual afecta la velocidad con que se acumulan las toxinas en el musculo...debido a que la manifestación de la fatiga de un individuo a otro en una carrera difiere en fracciones de segundos, debemos entonces esperar que haya un amplio rango de colores de fibras que se encuentren entre el rojo oscuro y el rosado”.  

En el mismo libro Tesio también hace referencia a la importancia que tiene por parte del jinete respetar la manera de correr propia de cada caballo, conocido en ingles como “Running Styles”, y hacer un buen juicio del tren de carrera como una forma de alcanzar un consumo de energía eficiente durante la misma. Al respecto Tesio decía, “el jockey no puede hacer que un caballo recorra una distancia a una velocidad mayor que la que su capacidad natural le permite”, luego continuaba, “los jockeys más exitosos son aquellos capaces de hacer el mejor juicio del “tren” de carrera”. El manejo de este tipo de información, que es solo una pequeña muestra de una gran cantidad que Tesio conocía y ponía en práctica en su trabajo diario, lo hacía desde mi punto de vista especial y muy por encima de la gran mayoría de entrenadores a los que se enfrentaba a diario en las tardes de carrera.

Mencionar cada uno de los grandes caballos que Tesio crío y entrenó escapa de las pretensiones de este artículo, solo por mencionar algunos, Nearco, Ribot, al que no tuvo oportunidad de ver correr, Donatello II, Tenerani, Bellini, Navarro, El Greco entre otros muchos contribuyeron a que Tesio tuviera un record impresionante como ganador de carreras clásicas en Italia donde consiguió 23 veces El Gran Premio di Milano, 22 veces El Derby Italiano, 21 veces El premio d’ Italia y 21 veces el Criterium Nazionale. Fuera de su país Tesio También alcanzó algunas victorias importantes como El Grand Prix de Paris con Nearco en 1938, El Queen Elizabeth Stakes y El Goodwood Cup con Tenerani ambos en 1948. También es de hacer notar que Ribot gano en 1955 y 1956 el prestigioso Prix de l’ Arc de Triomphe. 

Tesio murió el 22 de Mayo de 1954 a los 85 años, tras su muerte Tesio no dejo un sistema o un modelo de cómo entrenar caballos de carrera, el solo dejo su ejemplo de trabajo y dedicación absoluta a su negocio que se mantuvo hasta los últimos días de su vida. Quizás Tesio nunca será catalogado como el mejor entrenador de caballos purasangres que haya existido, pero para muchos, incluyendo aquellos que como yo no pudimos vivir de cerca su trayectoria, Tesio generó un grado de admiración tan especial por lo avanzado de su conocimiento y capacidad de trabajo, que a los ojos de aquellos que tuvieron la oportunidad de conocerle lo hicieron ver cómo El “mago” de Dormello.